martes, 5 de enero de 2016

§54 Apetito zombi

—Son zombis, mi querido niño: muertos vivientes. En el mundo real se mueven, hablan y creen ser libres para matarse los unos a los otros en vuestra preciosa guerra española. Pero sus almas están aquí, y el brujo dispone de su voluntad como del aire que ahora respiramos.
Javier Cosnava, 1936Z La Guerra Civil zombi (2012). cap.1.

Que una de las primeras películas que haya visto este año sea de zombis no debería parecer extraño. No por gusto, precisamente, aunque no lo desdeño. Sino por apetito. El de un público creciente que devora cada nueva propuesta y que demuestra también que se están haciendo bien las cosas.
Por poner un ejemplo, en 2010 Frank Darabont (director de Cadena perpetua, 1994) inauguraba la exitosa serie The Walking Dead, basada en el cómic homónimo de Robert Kirkman, que ha llegado a ser nominada a premios tan prestigiosos como el del gremio de escritores de América y el Globo de Oro, en su categoría de mejor serie dramática. Las temporadas segunda a cuarta fueron introducidas por varios webisodios de cinco minutos de duración, del reconocido mago del maquillaje Greg Nicotero, que también ha dirigido varios episodios en las temporadas regulares. En 2015, su sexta temporada se complementa con una serie derivada, Fear The Walking Dead
Nuevos brotes, que amplían y diversifican el mensaje y el medio, aparecen constantemente como ramas evolutivas y mutaciones del virus original, endémico en los Estados Unidos.
Rebuscando entre las cepas más virulentas, le ha tocado el turno al videojuego Dead Rising, desarrollado por Capcom (igual que la saga Resident Evil) en exclusiva para XBox 360 en 2006. La originalidad del juego se centraba en el uso de armas que combinan dos o más artefactos casuales (armas-combo) y que los enemigos finales no eran tanto los zombis, que incordian y son muchos —como debe ser—, como una serie de psicópatas que se han acomodado en este mundo apocalíptico.
Los problemas legales y litigios de los propietarios con George A. Romero (por las similitudes en la trama con El amanecer de los muertos, de 1978), que no pudieron frenar la difusión del juego, habrán sido decisivos para que la película se plantee como una secuela del juego.

Escena de Dead Rising: Watchtower (2015) de Zach Lipovsky

La acción se traslada de la ficticia ciudad de Willamette, Colorado, a la no menos fantástica East Mission, en Oregón; Estado curiosamente surcado por el río Willamette —¿corrección geográfica?—. En su comunidad han logrado convivir juntos en armonía ciudadanos e infectados tratados con un medicamento llamado Zombrex; al final del juego original se podía activar el modo prórroga para buscar los ingredientes de una medicina que detenía temporalmente el proceso de zombificación. Con el estallido de este nuevo brote los infectados son confinados en una zona de Cuarentena pendientes de transporte, mientras que al resto de la población se le permite la evacuación por sus medios. Los periodistas preguntan con razón a los afectados ¿se siente abandonado por el Gobierno?
Está claro que esta línea argumental es suficiente armazón para montar un juego de survival horror, pero las posibilidades temáticas que ofrecen los infectados, estando a medio camino entre la población y los monstruos, son ciertamente interesantes. Lástima que no sea la vía que ha terminado por elegir el guionista —¡game over, you lose!—, pero se anuncia una serie que podría enmendarlo —soñar es gratis—.
Eso no quita para que el resultado final no tenga algo que satisfaga el paladar del gourmet, como esta escena, en la que se nota el interés del realizador por aportar un toque de calidad, filmando una escena de acción en una sola toma. No es trepidante, pero contiene ese condimiento desmitificador del héroe que somos todos, que en apenas media calle ha perdido sus flamantes cachivaches; Edward Wright ya nos había dejado un par de planos secuencia sorprendentes en Zombies Party (2004) que son todo un referente. Enlace cinemafreaks

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“Cuando el pasado junio un hombre blanco perpetró una masacre en una iglesia de Charleston, en la que murieron tiroteadas nueve personas de raza negra, el presidente Obama declaró con tanta rotundidad como impotencia: "Esto no pasa en otros países avanzados". La violencia y el odio racial es una de las lacras de Estados Unidos que más preocupan al primer inquilino afroamericano de la Casa Blanca. Sin embargo, Obama está a punto de finalizar su mandato sin haber conseguido ningún avance ni en la lucha contra el racismo ni en un acceso más restrictivo a las armas. De nada han servido sus intentos para modificar la legislación. La oposición política, la fuerza de lobbies como la Asociación Nacional del Rifle y la inercia enquistada durante generaciones -no olvidemos que la segunda enmienda de la Constitución da derecho a los estadounidenses a portar armas- han frustrado cualquier cambio.”
Racismo y libertad total para poseer armas, la combinación diabólica de EEUU, frag. de Editorial de El Mundo de 12/08/15.
El Lexington Minuteman (1900), representa al Capitán de la Milicia John Parker.

La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, aprobada el 15 de diciembre de 1791, es la que otorga el derecho a la posesión de armas a los ciudadanos, con muy pocas limitaciones. Su texto se puede traducir: “Siendo necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, (se establece) el derecho del pueblo a poseer y portar Armas, (el cual) no será infringido” —entiéndase esto último como “quebrantado por la ley”—.
Los primeros colonos americanos vieron la necesidad de incluir el derecho a poseer y portar armas y formar milicias estatales para sus propósitos. Durante el período pre-revolucionario las milicias estaban formadas por Lealistas y Patriotas, pero cada vez fueron más las legislaciones coloniales que excluían a los partidarios del imperio británico. Por otra parte el parlamento inglés estableció para la defensa de sus intereses un embargo a las armas de fuego y las municiones a las colonias americanas.
La restricción a la Defensa Propia, aunque no fuera el objetivo de tal medida, fue utilizada como argumento por los Patriotas. Del mismo modo, una vez declarada la Independencia, sirvió para la estrategia de aquellos que querían ver limitado el poder que otorgaba el texto constitucional al gobierno frente a los Estados. El Congreso les envió veinte enmiendas, de las que fueron aprobadas inmediatamente diez, conocidas como la Carta de Derechos de los Estados Unidos.
El 28 de junio de 2010 la Corte Suprema de los Estados Unidos sentenció que ninguna ley estatal o local podía restringir el derecho a poseer o portar armas que reconoce la Segunda Enmienda. Fuente wikipedia


2 comentarios:

  1. Mi primera peli de zombies fue allá por los años 70 y pasé muuucho miedito pero fue un enganche que aun me dura.
    A día de hoy ya no me dan ningún miedo pero sigo ávida de "carne zombie" expectante de como se plantea la siguiente peli que vaya a ver.
    He visto zombies que corren como balas y otros torpes; unos que no atinan a coger ni un palo y otros que hasta disparan pistolas; muertos vivientes que llegan hasta a aprender a hablar y otros que obedecen a un amo; zombies nazis, zombies payasos....
    Con qué me sorprenderán los de la próxima peli???????

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    1. Mi experiencia es que las entradas que tienen más vigencia son las que etiqueto "zombi", una prueba más de que el tema sigue despertando interés.
      Mi primer recuerdo se remonta a "No profanar la noche de los muertos", en un pase televisivo, seguramente a finales de los 70 y porque mi padre no se percató. Luego descubriría las pelis de Jesús Franco y Amando de Ossorio
      Por mi parte me extraña que no tengamos todavía un "parto zombi" ;D

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