domingo, 29 de noviembre de 2015

§49 Zombis bolches

Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos:
—Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.
—Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo —respondió él—. Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño.
Lucas 10:17-19
En el mapa estratégico de 1940 Noruega jugaba un papel crucial. Si sus políticos se hubieran decantado por cualquiera de los bandos es seguro que el curso de la Segunda Guerra Mundial hubiera sido otro. Cuando el 1 de septiembre de 1939 Francia y los países de la Commonwealth declaraban la guerra a Alemania, en respuesta a la invasión de Polonia, la primera reacción de Noruega fue proclamar su neutralidad, como ya hiciera durante la Primera. Difícil equilibrio dadas sus posibilidades: con una extensa costa que posibilitaba el control del Atlántico Norte, en particular la ruta marítima entre Inglaterra y Rusia; multitud de puertos y escondites naturales para embarcaciones en sus fiordos; y que el mineral de hierro de la minas de Suecia, clave para la industria bélica, se exportara fuera de Escandinavia desde sus puertos.
En marzo de 1940 el Reino Unido tomó la decisión de minar sus aguas territoriales, lo que aumentó las tensiones con Alemania y sirvió como argumento final para que el III Reich decidiera poner a Noruega bajo su control...
La ofensiva de 1944 permitió al Ejército rojo ocupar en pocas semanas la región de Finnmark (donde se desarrolla esta historia, en realidad está filmada en Islandia), la más septentrional de Noruega, pero no impidió que los nazis ejecutaran un plan de tierra arrasada con su proverbial eficacia.
Teniendo en cuenta este contexto no parece tan exótica la localización elegida; aunque vista la primera entrega, poco importa —por cierto, que en ella se ve por vez primera a un humano mordiendo a un zombi—. Esta es mucho más cómica y cafre, un verdadero festín de gags que revienta muchas de las leyes del comportamiento zombi.

Escena de Zombis Nazis 2 (2014) de Tommy Wirkola

He seleccionado esta escena (que no chafa ningún chiste), sobre todo porque el protagonista parece dirigirse al espectador, como si fuera consciente de la transcendencia épica de lo que acaba de realizar y sus posibilidades a futuro. Nos dice: ¡la que voy a armar!
Además incluye dos momento-zombi (hay muchos en el metraje) para citar: el zombi amedrentado por la resurrección de otros congéneres, amablemente consolado por el neo-friki, y el zombi que le habla al protagonista, al que llama "Amo mío" (sin comentarios).
La verdad, el guión solo destaca que estos seres se mueven por un motivo distinto que devorar cerebros, a saber, una misión inacabada en vida —imagina un Qué bello es vivir (Frank Capra, 1946) zombi— o la venganZa. Y esta también era la motivación del viejo Bub en El día de los muertos vivientes (George Romero, 1985). Si de venganzas se trataba, lo mejor hubiera sido resucitar a Charles Bronson (1921-2003), nacido Charles Dennis Buchinsky y que se cambió el apellido para no parecer comunista. Además luchó de verdad contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, siéndole concedido el Corazón Púrpura. —y aquí digo yo— ¡Cojonudo!

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Einsatzgruppen (en alemán, «grupos operativos» o «grupos de operaciones», al que está dedicada la sala del museo que aparece en la película) era el nombre de un conjunto de escuadrones de ejecución itinerantes especiales formados por miembros de las Schutzstaffel (SS), SD y otros miembros de la policía secreta de la Alemania Nazi. Su tarea principal, en palabras del general Erich von dem Bach-Zelewski de las SS en los juicios de Núremberg, era «la aniquilación de los judíos (prioritario), los gitanos y los comisarios políticos». Según sus propios expedientes, mataron alrededor de un millón cuatrocientas mil personas, casi exclusivamente civiles, sin supervisión judicial ni respaldo alguno de la legalidad (no se efectuó ninguna lectura de acusaciones del derecho penal o administrativo). 
Los Eisatzkommandos fueron inicialmente grupos de exterminio adcritos a la RSHA (Oficina Central de Seguridad del Reich, es decir, bajo el mando de los MaPeD y su líder Reinhard Heydrich, y luego de su sucesor Ernst Kaltenbrunner), que ayudaron al plan Aktion T4 a limpiar los hospitales y centros de salud de todos los alemanes considerados inútiles para el régimen.
También asistieron a las unidades de la Wehrmacht en calidad de fuerzas móviles que actuaban desde la segunda línea tras el comienzo de la invasión. Después de la ocupación de Polonia en 1939, fueron encargados de asesinar a toda persona perteneciente a la Intelligentsia polaca, así como a sacerdotes y profesores y en general a las clases cultas. Los nazis consideraban Untermenschen o subhumanos a los individuos que no podían acreditar ascendencia aria en algún grado, y pretendieron utilizar las clases más bajas polacas como criados y esclavos.
A fines de mayo de 1941, los Einsatzgruppen fueron convocados a sus cuarteles y adoctrinados en el marco del programa Aktion Reinhard, en el nuevo escenario que se abriría pocos días más tarde. Se les instruyó explícitamente en las labores: primera, eliminar a las facciones guerrilleras de la retaguardia y, segunda, aniquilar la población judía. Tras la invasión de la URSS el 22 de junio de 1941 (Operación Barbarroja), su misión principal era matar a los oficiales, judíos y comisarios políticos, lo que suponía una escala de asesinatos selectivos mucho más grande que la aplicada en Polonia. En un principio había cuatro, cada uno estaba conectado logísticamente a un grupo de ejércitos. El Einsatzgruppe A se adjuntó al Grupo de Ejércitos del Norte.
Una plantilla normal de comando era 500 a 800 hombres. El oficial de la fuerza era un líder con rango equivalente a un comandante del ejército proveniente de las SD, SS, Kripo o la Gestapo que destacara por su frialdad y efectividad. En algunos casos sus comandancias las ocuparon miembros de las Waffen SS, y de la contratación de miembros reconocidos por su brutalidad local de la policía regional (como fue en Bielorrusia). Cuando la ocasión lo exigiera, los comandantes de la Wehrmacht presentes reforzarían la fuerzas de los Einsatzgruppen con parte de sus contingentes. A su vez estaban divididos en Einsatzkommandos y Sonderkommandos. Cuando una misión requería de un grupo de trabajo muy pequeño se podía formar una célula de acción, llamada Teilkommando de tan solo una docena de hombres.
La alta comandancia no era del todo ignorante de la tarea de los comandos y muchos de los generales de ejército preguntaron sobre estos contingentes, que actuaban tras sus espaldas brutalmente contra la población civil. El propio Hitler les explicó verbalmente que se trataba una misión especial para exterminar a todos los judíos y los comisarios políticos que hallasen en sus territorios asignados. Los Einsatzgruppen dependerían del comandante del grupo de ejércitos de su completa manutención, es decir, municionamiento, alojamiento, comida y transporte; pero sin tener el mando sobre ellos. En muchos casos las relaciones fueron muy estrechas, por no decir cordiales, y agradecían en sus informes a Himmler la comprensión del ejército. Fuente wikipedia


lunes, 23 de noviembre de 2015

§48 La cuchipanda del billabong

Era la personificación del demonio, se lo aseguro. Dios lo libre de caer bajo las garras de un hombre como él. Me tuvo bajo su poder en estos últimos veinte años y arruinó mi vida. Le diré primero cómo caí bajo sus garras. Ocurrió en los primeros años de la década 1860-1870, en las excavaciones mineras. Entonces era yo joven inquieto y de sangre ardiente, dispuesto a cualquier cosa. Caí en malas compañías, me dediqué a la bebida, no tuve suerte con los reclamos que efectué en las minas, me largué al monte y, en una palabra, me convertí en lo que usted llamaría salteador de caminos. Conmigo había cinco más y llevábamos una vida libre y salvaje, asaltando de tanto en tanto una granja de oveja o deteniendo los vagones que iban a las minas. Tomé el nombre de Jack de Ballarat y todavía se acuerdan en la colonia de la banda de Ballarat.
Arthur Conan Doyle, El misterio del valle Boscombe, p.15
Escena de Wolf Creek 2 (2013) de Greg McLean


El título de la película alude al nombre del Parque Natural que rodea un cráter formado por la caída de un meteorito hace unos 300 mil años, durante lo que llaman el Pleistoceno.
En la mitología australiana no hay dioses, sino seres sagrados, cuyas historias conforman la espiritualidad aborigen. El cráter, que llaman Kandimalal, aparece en el Tiempo del Sueño, época anterior a la Humanidad en que los espíritus de los antepasados dieron forma al mundo físico y establecieron sus normas. Su origen está en el paso de la Serpiente del Arco Iris, esencia del agua ligada a la fecundidad de la Tierra. Tras la salida del sol y el comienzo de la ensoñación la serpiente dio lugar a los wondkinas, seres con forma humana, sin boca y con la cabeza de casco de astronauta, que fueron los que dieron vida a la Humanidad. Luego volvieron a la serpiente que sigue viva en los pozos, las nubes y en algunas piedras.
Al releer estas líneas casi estoy tentado por glosar un fragmento de Las aventuras de Priscila, reina del desierto (1994), que le van a la pluma.
La película que nos ocupa solo coincide en situar los hechos en el mismo escenario, el inhóspito, remoto y maravilloso desierto australiano. Incluso diría que propone la subversión de aquella, donde los personajes pierden su alma para convertirse en víctimas y los hoscos habitantes, en el implacable verdugo, hermano del John Ryder de Carretera al Infierno (1986).
No parece el mejor reclamo turístico, pero en realidad así se consigue atraer más atención sobre la zona. Este fabuloso paraje, con el segundo cráter más grande de la superficie terrestre, es conocido hoy por las películas y el cafre que las protagoniza (para los curiosos, el más grande es el cráter Barringer, en Arizona, que aparece en Starman, de 1984, de John Carpenter).
En la cultura aborigen tienen un nombre para lo que nosotros conocemos como diablo o espíritu maligno, el bunyip. Los indígenas no se ponen de acuerdo en su descripción y características:
El Bunyip se representa como la fusión de un pájaro y de un cocodrilo. Tiene una cabeza que se asemeja a un emú, con un largo pico con bordes dentados, como el hueso de la raya. Su cuerpo y piernas participan de la naturaleza de la piel del cocodrilo. Las patas traseras son gruesas y fuertes y las delanteras son mucho más largas, pero también denotan poseer gran fuerza. Las extremidades están equipadas con largas garras, pero los negros dicen que su método habitual de matar es abrazando a su presa hasta la muerte. En el agua nada como una rana y en tierra camina sobre las patas traseras, con la cabeza erguida y en esa postura llega a medir doce o trece pies de altura.
Fuente wikipedia: bunyip
Aunque mi traducción no es muy buena, demuestra que casi es seguro que ninguna persona sobria ha sobrevivido al ataque de ser semejante. Algo parecido pasa con Mike Taylor, después de oírle cantar —es broma, claro—, que se ha instalado en el panteón aussie de hijos del diablo, al ladito de Humungus.


La canción se titula Tie Me Kangaroo Down, Sport (1957), de Rolf Harris, y dependiendo de quien la cante puede considerarse infantil o soez. Su letra reúne las peticiones de un granjero moribundo sobre lo que tienen que hacer sus amigos con los animales (una versión incluye a los abos, en alusión a los esclavos aborigenes). A continuación el joven, tirando de repertorio, lo intenta con Advance Australia Fair (1878), que sustituyó al Good Save The Queen en 1984 como himno nacional, que en algunos sectores se considera aburrida y sin sentido. 
La escena —por fin— que sigue a la monserga recuerda el fragmento de Tarantino de Four Rooms (1995). Este a su vez homenajea el episodio de Alfred Hitchcook presenta, de 1960, Hombre del Sur, escrito por Roald Dahl e interpretado por Steve McQueen y Peter Lorre. Hitch hizo un remake en 1985, con Steven Bauer y John Houston —que fue el primero que vi y el que más me impresionó—. Eso sí, John Jarratt no tiene que emplear ni un minuto en convencer al pipiolo inglés.

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Roadl Dahl (1916-1990) fue un famoso novelista y autor de cuentos británico. Su primer libro para niños fue Los Gremlins, que trataba de unas pequeñas criaturas malvadas que formaban parte del folclore de la RAF (de la que fue piloto durante la Segunda guerra mundial), publicado en 1943; el libro había sido encargado por Walt Disney para la película Gremlins (que nunca se hizo). Dahl continuó creando algunas de las historias para niños más conocidas del siglo XX, tales como Charlie y la fábrica de chocolate, Matilda, James y el melocotón gigante y California 2000.


Paralelamente, tuvo una exitosa carrera como escritor de macabros cuentos para adultos, en los que normalmente emplea el humor negro y los finales sorprendentes. Muchos de ellos fueron originalmente escritos para revistas estadounidenses, como Playboy y The New Yorker, y luego recogidos en antologías, que tuvieron gran éxito. Dahl escribió más de sesenta cuentos, algunos de los cuales sólo han sido publicados en forma de libro después de su muerte.
Su colección de cuentos Relatos de lo inesperado (Tales of the Unexpected) fue adaptada para una exitosa serie de televisión del mismo nombre. Algunos de sus cuentos son supuestamente extractos del diario de su (ficticio) tío Oswald, un caballero rico cuyas hazañas son el tema central.
Por un breve período en los años 1960, Dahl escribió guiones alimenticios. Dos de ellos, la película de James Bond, Sólo se vive dos veces (You only live twice, 1967) y Chitty Chitty Bang Bang (1968), fueron adaptaciones de novelas de Ian Fleming. Además, adaptó su texto para la película de Mel Stuart, Willy Wonka y la fábrica de chocolate, de 1971.

viernes, 20 de noviembre de 2015

§47 El gran caricato

Llamo a mi esposa: Gala, Galuchka, Gradiva (porque ha sido mi Gradiva); Oliva (por el óvalo de su rostro y el color de su piel); Oliveta, diminutivo catalán de oliva (aceituna); y sus delirantes derivados: Oliueta, Oriueta, Buribeta, Buriueteta, Suliueta, Solibubuleta, Oliburibuleta, Ciueta, Liueta. También la llamo Lionette, porque ruge, cuando se enoja, como el león de la Metro-Goldwyn-Mayer; Ardilla, Tapir, Pequeño Negus (porque se parece a un animado animalito selvático); Abeja (porque descubre y me trae todas las esencias que se convierten en la miel de mi pensamiento en la atareada colmena de mi cerebro). 
Salvador Dalí
Prefiero no tener una opinión preconcebida sobre una película, así que no suelo anunciar qué voy a ver. Pero no puedo evitar recibir comentarios espontáneos de tal o cual película, sobre todo cuando hablo de cine —y casi siempre termino hablando de cine—. Así que, aún a sabiendas de la pobre acogida que tuvo en su estreno —se debería decir rica, ya que recibió de todas partes y con abundancia—, estuve buscando una copia de Buñuel y la Mesa del Rey Salomón, porque el tema me interesaba lo suficiente como para asumir el riesgo de perder dos horas. Me parecía que Carlos Saura y Agustín Sánchez Vidal podían haber vertido algo de conocimiento de primera mano sobre el de Calanda y, a partir de ahí, de la amistad que le unió a Lorca y Dalí en un momento de su azarosa vida.
La escena nos sitúa en el Parador de Toledo, lugar en que se gestó este guión y que ya habían utilizado para otros proyectos Buñuel y Jean Claude Carrière (éste hace un cameo al comienzo de la película como productor). El diálogo es parte de un ensayo de tres actores que desde ese momento se transmutarán, en el sentido alquímico, en los tres genios —quiero pensar que la imagen mostrada es la de la ensoñación, que siempre quita y pone, a veces donde no debe, y que por eso parecen caricaturas y una buena caricatura tiene que representar eficazmente al personaje, sin importar si resiste la comparación directa con el original—. La escena cumple con el estilo de Buñuel de transformar las cosas cotidianas en extrañas sin alardes que distraigan —otra cuestión es la valoración que haga cada uno—, si bien la fascinante historia de amistad de los tres artistas, que podría ampliarse, ya que en la Residencia de Estudiantes de Madrid se forjó el núcleo duro de la Generación del 27, bien merece que algún día se haga un retablo cinematográfico a su altura. 

Escena de Buñuel y la Mesa del Rey Salomón (2001) de Carlos Saura

La mayor parte de los datos que se incluyen pueden encontrarse fácilmente en la red, sin embargo, las piezas podrían encajar de otras formas:
Efectivamente, Dalí no aparece acreditado en Un Perro Andaluz (1929). Esto no es inusual en el cine, además ni el propio Buñuel debía confiar en el resultado, ya que acudió a la sala con los bolsillos llenos de piedras con las que responder si le abucheaban —así que no queda claro que Dalí no estuviera de acuerdo, al menos inicialmente—. Pero el exito obtenido sirvió para que ambos fueran acogidos por la vanguardia del tout Paris.
Se juntarían de nuevo en el encargo de otro guión, aunque la relación no debió ser tan fructífera, quizás por la injerencia de Gala Eluard (antes Elena Diakonova). Y mientras Dalí estaba con ella de vacaciones en Torremolinos, Buñuel decidió terminar La Edad de Oro (1930), con riesgo de acabar con la amistad —Dalí diría que parecía "una película americana", como elogio, aunque podría ser desdeño o incluso ironía—. También hay opiniones de que la intimidad entre Dalí y Lorca fuera origen de celos por parte del aragonés. 
Luis Buñuel había viajado a Madrid en 1917 para estudiar ingeniería agrícola, mas en 1920 decidió cambiarla por la entomología, que también abandonaría para matricularse en Filosofía y Letras. Se había informado de que varios países ofrecían trabajo como lector de español a licenciados, lo que le proporcionaba la oportunidad de salir de España. En esa época llevaba una alimentación y vestimenta espartanas, gustaba de lavarse con agua helada, llegó a escalar la fachada de la Residencia, visitaba los burdeles madrileños —"los mejores del mundo", en su opinión— y practicaba sus habilidades hipnóticas con las mujeres, mientras que el catalán, digamos que no. 
Buñuel descubrió con fascinación Toledo en 1921 y fundó con sus amigos en marzo de 1923 la fantasiosa Orden de Toledo, de la que se convirtió en Condestable, mientras Pepín Bello era su Secretario. Entre sus Caballeros figuraron Dalí, Alberti, Hinojosa, María Teresa León, etc. Luego venían los Escuderos, el Jefe de los invitados de los Escuderos (José Moreno Villa), los Invitados de los Escuderos y los Invitados de los Invitados de los Escuderos. Sus actividades se desarrollaban sobre todo en las tabernas, con generosos tragos de vino. Toledo se convirtió en un referente vital para su generación y cuando se estrenó Tristana en París, al aparecer en las portadas un plano general de la ciudad, Dalí suspiró “¡Toledo!”, según me contó Jean-Claude Carrière, que le acompañaba.
La figura de Dalí no es menos estroboscópica. Hace poco leí en una reseña del libro Sobre Dalí (2014) de Antonio Pixot y Fernando Uici donde, entre otros datos curiosos, dicen que Dalí odiaba los saltamontes (incluyó uno en el autorretrato El gran masturbador, pero los hay por toda su obra) y que las pajaritas de papel se los recordaban. En  Salvador Dalí: a la conquista de lo irracional (1965), de Javier Pérez Andújar, dice: 
Para poner fin al tormento, Dalí hizo correr la voz de que, aún más que los saltamontes, le aterrorizaban las pajaritas blancas de papel. Fue así como empezaron a arrojarle en el colegio esas pajaritas que él recibía lleno de simulado espanto. (pag 48)
El gran masturbador (1929)

Interpretaciones a parte, el éxito de Dalí fue paralelo al ostracismo del aragonés. En 1939 Bretón acuñaría el anagrama Avida Dollars para criticar la pasión de Dalí por el dinero, que ganaba con facilidad. Algunos surrealistas empezaron a hablar de él en pretérito perfecto (como si hubiera muerto). Pero la ruptura con Buñuel no se certificó hasta la publicación de su libro La vida seceta de Salvador Dalí (1942), donde le señalaba como ateo y comunista, provocando su inclusión en las listas negras y que le despidieran del MOMA de Nueva York, único sustento de su familia en ese momento.
En la ficción podemos "ensopar" que en sus últimos años no guardara rencor por aquello de los buenos tiempos, ya que, como advierte uno de los personajes de El discreto encanto de la burguesía (1973), "no existe mejor tranquilizante que el martini seco."
—Quizás necesitara pedir un par antes—.

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La Edad de Oro (L'âge d'or) es un película francesa dirigida por Luis Buñuel.
Un día, Georges-Henri Rivière le presentó a los vizcondes de Noailles, a raíz de haberse visto agradablemente impresionados por Un chien andalou. Éste se mostró reticente por tratarse de aristócratas, clase social a la que abiertamente despreciaba.
Los planes de los Noailles eran darle dinero y libertad total a Buñuel para hacer una película, con la única condición de que la música fuera de Igor Stravinsky. Buñuel rechazó la idea, pese a lo cual la oferta de hacer la película siguió en pie. Entonces, Buñuel decidió ir a Cadaqués a visitar a Dalí y tratar de trabajar con él, como un año antes había hecho para Un perro andaluz. Esta vez no funcionó el entendimiento de antaño y, decepcionado, Buñuel regresó a París y escribió el guion en la mansión de los Noailles durante el día y por las noches les leía los avances hechos. Ellos aceptaban todo complacidos.
Una vez escrito el guion, buscó el equipo necesario: los actores Gaston Modot y Lya Lys para representar los personajes principales, Duverger repetía como operador de cámara  y escogió la música (fue la segunda o tercera película sonora rodada en Francia): el tercer movimiento de la Sinfonía n.º 5 de Beethoven, música de Claude Debussy, de Wolfgang Amadeus Mozart, de van Parys y el acto III (Mild und leise) de la ópera de Richard Wagner Tristán e Isolda. Además, incluyó los tambores de Calanda y un pasodoble. Aun aceptó alguna propuesta que Dalí le envió por carta (como la escena en Roma en la que aparece un hombre que lleva una piedra en la cabeza, paseando por delante de una estatua que tiene la misma piedra en la cabeza), motivo por el cual su nombre aparece en los créditos del film.
Además, la que entonces era su novia y se convertiría después en su mujer, Jeanne Rucar, era la contable y, gracias a su sensatez, el rodaje fue mucho más serio que el de su anterior película.
Una vez rodada y montada La edad de oro, con novedades tales como la voz en off, utilizada por primera vez en el cine, se preparó una proyección privada a la que asistieron miembros del grupo surrealista y algunos amigos más. Días más tarde, organizaron otra en el cine Pantheon, a las diez de la mañana, de la que la gente salió indignada y que acarreó muchos problemas a los Noailles. Así, Luis Buñuel escribió en sus memorias:
Marie-Laure y Charles recibían a los invitados en la puerta, les estrechaban la mano sonriendo y a algunos hasta los besaban. Después de la sesión, volvieron a situarse en la puerta, para despedir a los invitados y recoger sus impresiones. Pero los invitados se marchaban deprisa, muy serios, sin decir una palabra. Al día siguiente, Charles de Noailles fue expulsado del Jockey Club. Su madre tuvo que hacer un viaje a Roma para intentar parlamentar con el Papa, ya que incluso se hablaba de excomunión.
A pesar de todo, estuvo seis días más a sala llena en Studio 28, hasta que fue prohibida por la policía, debido a las presiones de grupos conservadores de extrema derecha, los Camelots du Roi y los Jeunesses Patriotiques, los mismos que destrozaron la sala durante una de las proyecciones. La prohibición se extendió hasta 1980 en Nueva York y 1981 en París. En España, con el estallido de la Guerra Civil, se perdió la cinta.
Quizá todo esto contribuyó a hacer de la película un objeto de culto, no sólo por el valor indudable que en sí misma tiene. Fuente wikipedia


domingo, 15 de noviembre de 2015

§46 Dentro del olvidadero

El te librará del lazo del cazador,
de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas hallarás refugio;
escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
ni la saeta que vuele de día,
ni la pestilencia que ande en la oscuridad,
ni la plaga que en pleno día destruya.
Caerán a tu lado mil,
y diez mil a tu diestra;
mas a ti no llegará.
Salmo 91: 3-7
Asociamos automáticamente la entrega de una llave como privilegio, el poder de abrir. Y cuando se trata de una llave maestra, que hemos ascendido de categoría (es cierto que entregar las llaves también simboliza rendir o abandonar un lugar, pero en ese caso se trata del final de algo y aquí estamos hablando del comienzo). Parece, pero no siempre es así. Fueron creadas para accionar mecanismos de protección de accesos no deseados, es decir, tanto abren como cierran. El poder de cerrar las cosas ya no parece tan atractivo —¿verdad?—. Si meditamos un poco más nos damos cuenta de que se entregaban llaves maestras a los sirvientes para que pudieran realizar todas las tareas. Otro ejemplo, los serenos.
Los anglosajones llaman skeleton (calavera, el título original de la película es The Skeleton Key) a la llave maestra, por la forma de los ojos de las cerraduras que parecen un cráneo.
Aunque se reservaban llaves particulares para los lugares realmente importantes. La auténtica seguridad se encuentra en la llave única. Hace un par de meses comenté una escena de Enemy (2013) de Denis Villeneuve. En otra escena del film se muestra una llave de la marca UNICA, que tiene la clave del asunto (en realidad llave procede del latin clavis, clave). Mas Hitchcock ya había utilizado este recurso en Encadenados, donde Alicia (Ingrid Bergman) recibe todas las llaves, salvo la de la bodega. Así que en realidad, contradiciendo muchas opiniones, son un símbolo de sometimiento. No obstante, implican un grado de confianza o  responsabilidad.

Fotograma de Encadenados (1946)

Se me ocurre que el mismo grado de dominio se ejerce sobre todos cuando una compañía nos da las claves para que podamos acceder a nuestra cuenta. También pensamos que nos están dando algún tipo de privilegio —dejo esta línea de pensamiento, cual simiente perniciosa, que me estoy desviando del tema—.
Volviendo a la escena, Caroline tiene que subir al desván en busca de unas semillas de trillium. La elección de esta especie —siempre lo específico despierta mi curiosidad— puede deberse a que esta planta contiene fuertes alcaloides; por ello se usa con fines medicinales o como insecticida, aunque hay alguna variante ornamental.

Escena de La llave del mal (2005) de Iain Softley


Hay un bello plano a través del ojo de la cerradura, seguido de uno cenital muy inquietante que subraya la importancia de esta zona concreta de la casa: el desván es la memoria de la casa, y éste tiene además una puerta escondida tras una estantería de cacharros, que la llave maestra no puede descandar —bien podría representar su subconsciente—. El uso de la iluminación y los ruidos provocados por la corriente y la madera seca logran concentrar la tensión de cada paso. La lógica invitaría a no avanzar, pero el deseo de saber qué hay después es la semilla que nos han mandado buscar. Funciona. También para el espectador.
Los primeros planos de la protagonista en contraplano con la puerta, que parece pequeña enmarcada por el estante, hacen recordar un célebre episodio de Alicia en el País de las Maravillas (1865) de Lewis Carrol.

Alicia en el País de las Maravillas (Disney, 1951)

Una película de terror tiene que mostrar alguna de las cosas que provocan miedo al espectador (además de los socorridos sustos). En esta el motivo es la vejez (gerascofobia se denomina), pero llevada al extremo de la pérdida de facultades, del libre albedrío y de quedar confinados en un cuerpo que se ha convertido en una auténtica cárcel. Existen pocas cosas tan pavorosas. Pero creo que el autor utiliza esta historia para hablarnos de la relación que tenemos con las personas mayores, de la que no tenemos o de la que deberíamos tener.
Se han hecho grandes avances en gerontología: la esperanza de vida es cada vez mayor y, por ello precisamente, cada vez están más marginados. Esto se debe a que no asimilan los cambios con la rapidez que exige la modernidad. Y bajo la apariencia de cuidarlos mejor o protegerlos, los alejamos de nuestra vida diaria. En el mejor de los casos, nos contentamos en pensar que nos ocuparemos de ellos cuando haga falta y cuando llega el día descubrimos a una persona totalmente distinta a la que dejamos en el olvidadero (adoro este concepto que por vez primera descubrí en Dentro del Laberinto, 1986, de Jim Henson con guión de Terry Jones, el galés de los Monty Python).
El lenguaje también refleja esa situación, pues hablamos de longevidad, y no de ancianidad, al referirnos al límite de la vida, y antes he utilizado, no sin ironía, el concepto "esperanza de vida" —al ver la película hoy creo que es más un eufemismo que un indicador demográfico—.

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Hoodoo o Vudú de Nueva Orleans es una forma de magia utilizada por la población afroamericana del sur de los EE.UU. Esta magia, también conocida como conjure, se desarrolló a partir del sincretismo de diferentes culturas y tradiciones mágicas traídas de África y el Grimorio europeo. Si bien lo que es especialmente innovador en esta tradición es la "extraordinariamente eficaz utilización de figuras bíblicas," en sus prácticas.
No debe confundirse, por ejemplo, con la brujería ya que podría interpretarse como moralmente negativo sobre la práctica, ni con la religión Wicca (la historia de la ménade, tema central de la estupenda segunda temporada de True Blood, de 2009). Fuente wikipedia
Básicamente el Hoodoo es, en principio, un intento por alterar la realidad en beneficio de sus practicantes. El único detalle que lo diferencia de otras tradiciones mágicas consiste en que sus ritos no pueden realizarse sin una entrega absoluta.
El cristianismo tuvo una influencia determinante sobre el pensamiento Hoodoo. La idea de que el Dios bíblico recompensa y castiga a sus hijos fue recogida por los esclavos africanos y adaptada a su propio sistema ético: si el Dios de los blancos castiga y recompensa justamente, la única maldición efectiva es la que se realiza con la aprobación divina.
El relato del Éxodo de Egipto causó un poderoso impacto en sus raíces. Moisés opera no solo como un lider militar y espiritual, sino como un mago que "canaliza la justicia divina" para castigar a las tropas del Faraón y beneficiar a los esclavos que buscan una tierra de libertad. Para el Hoodoo, Moisés es solo un conductor, un catalizador de esa justicia que procede inevitablemente de Dios.
El mago Hoodoo, en menor escala, opera siguiendo este principio. Teniendo en cuenta esto, no resulta extraño que el libro de conjuros y hechizos de cabecera del Hoodoo sea, justamente, la Biblia, en especial el Antiguo Testamento. El vínculo es tan fuerte que la iniciación al Hoodoo se realiza leyendo el libro de Salmos. Fuente elespejogotico.
¿Que enseñan los maestros salmistas? Todo su programa puede resumirse en una sola palabra: "Justicia". Procuran educar al pueblo en la práctica de la justicia. Pero, ¿qué quiere decir una palabra tan elástica? Respondamos distinguiendo nuestro propio lenguaje del Antiguo Testamento en general y del salterio en particular.
1ª. Para nosotros, hoy, la justicia es la virtud que regula el intercambio entre personas (justicia distributiva), las obligaciones de las personas con el Estado (justicia legal) y la de los dirigentes para con el pueblo (justicia social). Y acostumbramos relacionar, de preferencia con la caridad, el deber imperioso de socorrer a los necesitados.
2ª En el Antiguo Testamento, el término "justicia" significa mucho más. Dicho con sencillez, "practicar la justicia" equivalía a vivir conforme a la Alianza, a respetar todos los compromisos que implicaba la relación privilegiada con Dios. La noción de "justicia", se acercaba pues a la de "fidelidad".
3ª En los Salmos, no obstante, la enseñanza de los maestros recalca fertemente el aspecto de la justicia social. La presentan ellos como una necesidad absoluta para que el pueblo permanezca fiel a la Alianza. En diferentes ocasiones son interpelados y censurados los dirigentes, los jueces y los ricos. Por el contrario, esa enseñanza hace muy poco caso de las relaciones de justicia entre las personas que poseen e intercambian entre sí (justicia destributiva). Y calla prácticamente la responsabilidad del pueblo con el Estado (justicia legal). Solo enfoca el deber general de alivar la miseria de cualquier pobre que se presente. Estrictamente hablando, ello forma parta de las exigencias de la propia "justicia". Por tanto, el salterio contribuyo mucho a convencernos de la importancia máxima que asume la preocupación por los necesitados entre las obligaciones básicas de la Alianza. La justicia social es uno de los temas clave de los salmos de instrucción.
 Marc Girard. Cómo leer el libro de los Salmos, pp.54-55


viernes, 6 de noviembre de 2015

§45 Espeluznado

Porque muchos se extraviaron por sus especulaciones y su imaginación perversa falseó sus pensamientos.
Si no tienes pupilas, te faltará la luz; si careces de ciencia, no afirmes nada.
El hombre obstinado termina mal, y el que ama el peligro perecerá en él.
El corazón obstinado soportará muchos males, y el pecador acumula un pecado sobre otro.
No hay remedio para el mal del orgulloso, porque una planta maligna ha echado raíces en él.
El corazón inteligente medita los proverbios y el sabio desea tener un oído atento.
El agua apaga las llamas del fuego y la limosna expía los pecados.
El que devuelve los favores piensa en lo que vendrá después, y cuando esté por caer, encontrará un apoyo.
Eclesiastés 3.24-31
Esta película, considerada de culto, si esto tiene algún valor intrínseco, es uno de los mejores filmes de terror de su década. Por si ésto no fuera suficiente, trata dos temas particularmente interesantes, profundos y actuales. Me refiero a la transcendencia que se da a realizar algo por vez primera y, por otra parte, a la importancia de vivir el momento, casi de apurarlo.

Escena de The Descent (2005) de Neil Marshall



Como en otras muchas ocasiones, la producción de esta película se vio condicionada por la presión que suponía la existencia de otro proyecto, digamos similar, al otro lado del Atlántico, con otro sistema de producción y —¿por qué no?— gustos diferentes. En este caso, el guionista y director creo que se vio por ello obligado a realizar algunos cambios, como la ubicación geográfica, que pasó de Escocia a Carolina del Norte. Esto es una especulación mía, fundamentada en la extraña persistencia del nombre de la cueva no visitada, Boreham Cave, y que sirve únicamente para incluir el chiste de que una de ellas cree que se aburrirá terriblemente en esta aventura (bore significa tanto aburrir, como agujero). Los escenarios naturales son efectivamente de Escocia, pero observamos una falsa guía sobre la cueva que la situa en USA, y una matrícula de North Carolina, con el lema "First in Flight", que alude al primer vuelo de los hermanos Wright. Recuerdo haber leído sobre la carrera para conseguir realizar el primer vuelo y que algunos historiadores afirmaran que un tal Whitehead, emigrante alemán, habría logrado la hazaña dos años antes que los citados, pero que al no contar con el apoyo del Smithsonian Institution, no fue reconocida. Otra vez más, el primero en llegar no habría sido el ganador y El Condor, que es un ave foránea, habría sido derrotado por el Flyer I (que se puede traducir por primer folleto, vamos, marketing).
Bien cierto es que en este estado hay cuevas impresionantes, que justifican de sobra la nueva localización, como el Parque Nacional de Mammoth Cave, que es el sistema de grutas más grande del mundo (hasta 590 km de galerías, según las últimas exploraciones). Los expertos creen que en él podrían vivir miles de especies cavernícolas endémicas aún no descubiertas, todas ellas albinas y ciegas o carentes de ojos (y no me refiero al mito de la caverna). Pero el interés de las aventureras de la película es deportivo y no científico, es decir, espeleísmo y no espeleología (aunque no suele hacerse distinción). Lo que nos lleva al segundo tema, vivir el momento.
Se ha ido introduciendo en la sociedad como sucedáneo de lo anterior. La acumulación de experiencias extremas como prueba de una vida disfrutada plenamente. Volviendo a la escena, me llamó la atención la introducción de dos conceptos de vehículos de aventura claramente diferentes. Por un lado, el Ford Bronco II, llamado el John Wayne de los todoterrenos —casi no hace falta añadir nada más sobre su carácter, que la pegatina "rock girl" no consigue feminizar—, que dejaría de fabricarse en los 90, sustituído por el Explorer, como estrategia para evitar costosas indemnizaciones por sus probados problemas de estabilidad, seguramente a raíz del caso del jockey Bill Shoemaker; seguido de cerca por un BMW X5, considerado la mejor opción de los todoterrenos medianos por el Insurance Institute for Highway Safety. Aventura versus seguridad.
Las advertencias que se recitan a continuación —que sabemos a priori no van a ser tenidas en cuenta— y el venado pasto de los cuervos sirven al propósito de anticiparnos la fatalidad de este relato como de la vida misma.
En este punto, quiero pensar que el autor estaba pensando en el Eclesiastés, uno de los libros menos cristianos de la Biblia, del que tomo prestada la terna: Qui amat periculum. Su autor centra la reflexión en la incertidumbre de la existencia, invita a disfrutar de la vida, pues nunca podemos estar ciertos de qué nos deparará y recomienda aceptar con serenidad las desgracias y la adversidad, pues también ellas son tan pasajeras como lo es todo. Pero la conclusión principal tiene que ver con el conocido carpe diem: disfruta del día, aprovecha lo que la vida te ofrece para equilibrar el dolor. 
En esta línea, hay un colgante que lleva una de las chicas que lleva inscrita la leyenda "Love Each Day", otro lema de tres palabras. Creo que es accidental que la matrícula del BMW tenga las letras TWC, siglas del juego Three Word Challenge, que en esencia trata de dar un mensaje importante en solo tres palabras (y queda muy bien).
Voy a aprovechar este recurso lúdico para introducir otro propio. El azaroso lenguaje nos da una palabra para el terror en espeluznar (por desgracia, en desuso); para cuevas y grutas, en espelunco (arcaica y local, pero igualmente aceptada) y una rica tapa en espeluznado, consistente en rejos enharinados fritos, que bien pudieran llamarse espeleotemas gastronómicos. ¡Y bien ricos que están!

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Édouard-Alfred Martel (1859-1938), abogado francés apasionado de las ciencias naturales y la geografía, es considerado el fundador de la espeleología moderna. Ya de joven fue un gran lector de la obra de Jules Verne, que le habría iniciado en el gusto por la aventura. En 1866, de vacaciones con sus padres, visitó las grutas de Gargas en los Pirineos. Otros viajes le permitieron recorrer Alemania, Austria e Italia.
En 1886, después de terminar su servicio militar, se convirtió en abogado en el Tribunal de Comercio del Departamento del Sena. Martel consagró su tiempo libre y las vacaciones a viajar a través de Francia. En junio de 1888, se adentró con algunos compañeros en una cavidad rocosa por la que se abisma un arroyo conocido como Bonheur (felicidad) y reaparecen más lejos, en el abismo de Bramabiau. Esta expedición reconoce dos kilómetros de galerías.
En julio de 1890, se casó con Aline de Launay, hermana de Louis de Launay, profesor de geología y futuro miembro de la Academia de Ciencias. La colaboración de Louis de Launay proporcionará una base científica a algunas de las publicaciones Martel, incluyendo artículos en la revista La Nature, de la que Martel y Launay serán luego sucesivamente editores jefes. En 1894, publicó Les Abîmes, una obra en la que describió las maravillas del mundo subterráneo que había descubierto y visitado durante las seis campañas que realizó desde 1888 hasta 1893.
En 1895, amplió su campo de investigación y organizó expediciones en Irlanda e Inglaterra. Descubrió el lago subterráneo de Marble Arch en Irlanda del Norte. En Yorkshire hizo el primer descenso en la sima de Gaping Gill, un pozo regado de 110 m. Ese mismo año, fundó la Sociedad de Espeleología y lanzó un boletín periódico, Spelunca.
Con su supervisor y compañero Louis Armand, exploró el subsuelo de la isla de Mallorca. En las cuevas del Drach, cerca de Porto Cristo, descubrió el lago subterráneo más grande de la época (Llac Martel).
En 1891, resultó gravemente intoxicado. Un cadáver de ternero en descomposición había contaminado el agua que Martel había tomado de una fuente. Dirigió una carta al Prefecto de Lot comunicándole este suceso. En 1894, demostró en Les abîmes que «la presencia de materia en descomposición en el fondo de una sima podría contaminar una fuente distante unos cientos de metros o varios kilómetros». En sus escritos, no cesó de denunciar repetidamente la contaminación del agua por los animales muertos.
Gracias a los esfuerzos conjuntos de Martel y del profesor Eugène Fournier, se introdujo el artículo 28 en la ley relativa a la salud pública de 1902 que prohibió el abandono de cadáveres de animales y de detritos putrescibles en las cuevas. Este texto es conocido como la ley Martel. Fuente wikipedia.