Ernesto ha recopilado los justificantes de todas sus rentas en
un cartapacio otrora azul y, con el pistoletazo, se los lleva a Clara, su
gestora desde hace ya veintiún años. En los prolegómenos, ella se interesa por
si se ha producido algún cambio relevante en su situación y él responde que no,
con suspensivos. Tras revisar los documentos, ordenados en montoncitos, calcula
los parciales que llenarán las casillas del programa. Los facilitados por la
Administración serán correctos, pero quiere convencerle de que todo está en
regla. El resultado será invariablemente que no está obligado a su presentación,
otro año más.
... para poder seguir declarándome. A ver cuándo me toca inspección. |