lunes, 7 de diciembre de 2015

§50 El incordio viridiano

—¡Es una maqueta!
El escudero Patsy a las puertas de Camelot en Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguidores (Terry Jones y Terry Gilliam, 1975)
Para el cincuentenario he reservado una película especial. Al menos lo es para mucha gente que conozco. Además viene a coincidir con el largo puente de diciembre y la invitación a disfrutar de unas merecidas vacaciones en casita. Eso es lo que también desean los Maitland en Bitelchús (1988), cuyo tema central es que no hay nada como el hogar y qué azaroso es preservarlo de los intrusos.
Aunque la película es de sobra conocida, he seleccionado una escena que, por incluir ideas difíciles de trasladar, pierde su fuerza en nuestro idioma. Desarrolla el momento en que Otho y Delia salen para hacer bombing por la casa con sprays que él lleva encima —como colores corporativos—, juzgando todo lo que encuentran. 
Todas las salas parecen tener el mismo aspecto. Y en verdad todas reproducen el mismo motivo floral con variaciones en los tonos. Son regalos que Adam le ha ido haciendo a Barbara (cuando le entrega uno al comienzo le dice que es para que decore la habitación de invitados), lo que le da un nuevo —doble, triple— significado a la expresión "rollo de papel".

Escena de Bitelchús (1988) de Tim Burton

En la primera habitación Delia garabatea Mauve (malva, color de la flor malva, mallow flower) con su aerosol —lo cual no denota ningún ingenio por su parte ya que en castellano son homógrafas, como rosa; yo hubiera utilizado "malvado"—, que es homónima del apellido del pintor Anton Mauve (1838-1888); bastante popular entre los estadounidenses por sus temas agropecuarios y en cuyo estudio trabajó Van Gogh.
En el armario encastrado —empotrado es más habitual, pero creo que este sinónimo le da fuerza— cuelgan, además de Geena Davis, los trajes de boda preservados en plástico —esto siempre me ha recordado al retrato de Dorian Grey, porque parece que envejecen, en todos los sentidos, más que tú, aunque sólo es una vana ilusión—. Para enfatizar que están pasados de moda Otho los llama Ozzie y Harriet, título de una sitcom americana de los 50, todo un fenómeno televisivo por su persistencia durante quince temporadas, que, evidentemente, se fue quedando anticuada; contaba las peripecias de una familia auténtica, a la que llegarían a sumarse las mujeres de sus hijos... uno de los cuales era el malogrado cantante Ricky Nelson —del que seguro conoces la canción Hello, Mary Lou—.
Rick haría su mejor papel en Rio Bravo (Howard Hawks, 1959) en la que cantaba una canción a dúo con Dean Martin titulada My Rifle, Pony and Me. Incluyo este detalle porque su estrofa final comienza: No more cows to be ropin' (Sin vacas para lanzar, sería una posible traducción). Apelo a la paciencia del lector por esta línea argumental que justificaré más adelante.
La siguiente es "otro cuarto de baño", que no tiene la mala leche de "una letrina interior" (indoor outhouse), como originalmente la denominan, de paso a otro cuarto que etiqueta (tagging, siguiendo el argot graffitero) como viridiano con gran afectación. El guión vuelve a jugar con las palabras: Viridiano es un color verde esmeralda compuesto de óxido de cromo hidratado (2Cr2O3 · H2O ó CrO3 · 2H2O), transparente, de tono intenso y moderadamente tóxico. Este pigmento se ha detectado en numerosas obras de impresionistas franceses, en particular de Van Gogh. Suena como el film de Luis Buñuel, y la relación se establecería por el ruralismo y las ideas arcáicas que critica; pero, para el espectador, ellos son los intrusos entroncados con aquellos vagabundos que abusaban de la hospitalidad de Viridiana (1961).
Y finalmente el despacho, de estilo rústico: —Deliver me from L.L.Bean— (librame del Leroy Merlín, o algo así diríamos hoy). Esta es una empresa que se dedica a la venta por correo, sobre todo de ropa, a comunidades atrasadas o alejadas de las grandes poblaciones.
Como culminación, subimos las escaleras hasta el ático, donde está la maqueta del pueblo, que un poco después va a ser el escenario de un anuncio publicitario del bio-exorcista número uno de la otra vida, un Rumpelstilzchen de los muertos y, como él, de nombre impronunciable: Betelgeuse. El mismo que una estrella supergigante roja de la constelación de Orión. Supongo que lo importante es que se parezca la fonética y que se pueda pronunciar tres veces seguidas.


El caso es que aparece montado sobre una vaca, aunque sea una miniatura de este desquiciado belén (que es un cementerio), sin motivo aparente, lo que me lleva inexorablemente a recordar la expresión "Fetchez la vache" (ve a buscar la vaca) de la citada película de los Python.
—Como es la tercera alusión espero que no lo tome como una invocación, ... aunque sería más correcto decir evocación... La vaca, claro—.

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Betelgeuse, también llamada α Orionis o HIP 27989, es una estrella brillante del tipo supergigante roja. Es la novena estrella más brillante en el cielo. Su color característico proviene de las bajas temperaturas de su superficie (unos 3000 K). El estado evolutivo de la estrella es avanzado: ha pasado ya la etapa más importante de su vida, la secuencia principal, ha agotado ya el combustible en su núcleo que le proporcionaba energía (por fusión del hidrógeno), después de lo cual aumentó su tamaño hasta las enormes dimensiones actuales.
Su brillo es muy intenso. Aunque es la estrella α de Orión, no es la más brillante de la constelación en luz visible, ya que Rígel (β Orionis) la supera en este aspecto; pero en luz roja e infrarroja cercana, Betelgeuse sí es la más brillante.
El origen de su nombre es árabe, yad al-jawzā (‘la mano de Jauza’), siendo Jauza una figura mitológica de sexo femenino, inicialmente identificada por los antiguos árabes en el firmamento con Géminis y posteriormente asociada con la constelación de Orión. Durante la Edad Media este nombre fue transcrito al latín y malinterpretado por lo que se convirtió en "Bedalgeuze" y de ahí al actual.
Aunque es el uso el que tiene que definir la corrección o no de la pronunciación de un término, dados sus orígenes, se puede aducir que la pronunciación más adecuada está muy cercana a la que le daría de forma intuitiva un hispanohablante.
Pronunciaciones como la popular inglesa homófona de Beetlejuice, u otras como Betelgeux o Betelgés, están mucho menos justificadas por la etimología. En el pasado se usó la forma castellanizada Betelgoso. Fuente wikipedia

P.D.
TYRELL: La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo. Y tú has brillado con muchísima intensidad, Roy. Mírate, eres el hijo pródigo. Eres todo un premio.
Blade Runner (Ridley Scott, 1982)
ROY: Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión...
Ibid.
¿Resultará que hemos encontrado por fin al quinto replicante?

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