miércoles, 1 de agosto de 2018

₰14: Medias tintas

Maggie D. sin duda había perdido el sentido. Había sido condenada a la horca por el asesinato de su hijo recién nacido y ajusticiada en Grassmarket. Así que cuando despertó entre exabruptos y estertores, para pasmo de aquellos que descolgaron su cuerpo, no pudo negarse que, en justicia, la sentencia se había cumplido y podía proseguir su mísera existencia. Eso sí, desde entonces, en Escocia se instauró la coletilla “hasta la muerte” en prevención de repeticiones. Lo que puede considerarse un fallo poco piadoso.

Shadow of the gibbet, Grassmarket Edimburgh

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