miércoles, 15 de julio de 2015

§24 Eleuterofobia

Juan Raul Pérez va a ser liberado de una cárcel cubana tras veinte años de confinamiento. Jimmy Carter había conseguido el único acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, hasta el momento presente. Hoy en La Habana se hace mención al hotel donde se alojó "no en calidad de presidente americano" (claro que también se conmemora la estancia de Al Capone en el Hotel Sevilla y en cada esquina a Hemingway, por ejemplo).
Acabo de regresar de La Habana y tengo la sensación de que le ocurre lo mismo que al protagonista de esta película. Tiene miedo a la libertad y por ello se aferra a los fantasmas de su pasado. No es que no quiera, es que se siente seguro en su celda. Cuando recuerdo las manifestaciones de los españoles ante la muerte de Franco tengo una sensación de déjà vu.
Una de las cosas que más gusta de La Habana vieja a todo el mundo son sus carros de los 50, que increíblemente han sobrevivido a la república, la abarrotan y llenan de color. No se si mantendrán todavía alguna tripa original, pero sus carrocerías son dignas de un museo, que tiene su sede en las calles principales.
En la escena onírica que nos ocupa (hay un fragmento que no he incluido por que salen solo algunos títulos de crédito) aparece un Cadillac Fleetwood, lo que parece el esqueleto de una ceiba y unos personajes que entran en el agua vestidos (¡he podido comprobar que es frecuente bañarse con camiseta! Esperemos que no cunda el ejemplo). El protagonista pierde el sombrero (alusión a Muerte entre las Flores, 1990), se le encharcan los zapatos y se le encarama un cangrejo. Aunque no sepamos de psicoanálisis nos damos cuenta que este tipo necesita un cambio y que el confinamiento no le sienta muy bien.
Tuve la tentación de incluirla en el bestiario, pero el "marialito" se lo reservo a Tony Montana (El precio del poder, 1983).

Escena de Cuando salí de Cuba (1995) de Mira Nair

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El nombre propio Eleuterio procede del griego έλεύθέρος, adjetivo que significa "que se comporta como un hombre libre, que tiene rasgos de libre"... El santoral cristiano primitivo incluye una gran cantidad de santos llamados San Eleuterio. Esta singularidad poco estadística tiene su origen en las más antiguas canonizaciones, en las que a veces, sobre todo en el imperio oriental, se reconocía como santos o supuestos mártires a individuos enterrados en cuya inscripción funeraria figuraba, junto al auténtico nombre, la especificación έλεύθέρος, es decir, liberto, su condición social (no busques en Praga la plaza Namesti, ni en Vitoria la calle Kalea, como una que yo me sé). Fuente DeChile.net

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