domingo, 10 de abril de 2016

§68 Préstamos alemanes

No hay más felicidad para el hombre que comer y beber y gozar él mismo del bienestar de su trabajo. Y yo considero que esto viene de la mano de Dios.

Eclesiastés 2-24
El cine bélico, en general, y el que narra distintos episodios de la Segunda Guerra Mundial aglutinan tantos títulos que renuncio a dedicarle tan poco espacio que me obligaría a enumerar sólo los tópicos. Por ello me centraré en una escena que me ha llamado la atención (se puede encontrar el mismo corte en la red en versión original, pero no en castellano) que pertenece al metraje de Corazones de Acero. La película, aunque no puede dejar de mostrar los horrores del conflicto, se centra en las relaciones del pequeño equipo que forma un tanque con la excusa de la incorporación de un soldado bisoño. No parece muy original, pero si destacable, al menos para mi, porque he sido parte (y lo sigo siendo) de numerosas unidades de tamaño similar al del que se habla.

Escena de Corazones de Acero (2014) de David Ayer

Esta convivencia, en el mejor de los casos, deriva en un tipo de amistad muy particular que nace de la camaradería y se sustenta en la consecución de objetivos comunes —con frecuencia recuerdo haber comentado que "no tenemos porqué ser amigos, ya somos compañeros"—. Y cuando se alcanzan los resultados (o cambian) se pueden formar nuevos equipos y las relaciones tienden a desaparecer, sin que medie disensión: la camaradería itinerante en la ejecución de un destino común a la luz fría y penetrante de la inexorable e irrebasable posibilidad del propio morir (Pedro Laín Entralgo).
Por cierto, el origen de camarada está en la estrecha amistad que se forjaba entre soldados y oficiales que vivían en la misma cámara, en el ejército Español del siglo XVI. La función del camarada era, entre otras, la de hacerse cargo del testamento en caso de fallecimiento en combate de uno de los integrantes, amén de otras responsabilidades personales de las que la organización del Ejército no se hacía cargo. Las cámaras solían estar integradas por un capitán y cinco o seis oficiales. Y en el caso de la tropa en igual número de soldados.
Los camaradas vivían juntos, compartiendo beneficios, pertenencias, peligros e infortunios. La organización de la camaradería se extendió en Europa por la influencia de la Infantería Española en las guerras de Flandes.
Por eso los integrantes del Fury acogen al novato con generosidad, esperando que les recompense rápidamente con la precisión que necesitan de su puesto: matar alemanes. No solo nazis. Cualquier elemento armado que suponga una amenaza para la supervivencia, incluidos los niños. Lo que prima es acabar con el enemigo. Así es el trabajo y, cuando se hace bien, es el mejor de todos. El único que tenemos. Nuestra existencia. Por eso interpreto la frase "el mejor trabajo que he tenido" como una exaltación de la vida (y, en este caso, a pesar de ser o precisamente por ser precaria, terrible y probablemente corta).
Ese momento es tan fulgurante como efímero. Cuando ocurre, ya ha pasado. Como al hacer repaso del año. En el momento que termina la celebración hay que empezar con el siguiente trabajo y el contador de logros pasa a marcar cero de nuevo. La vida continúa.

El Panzer I, antepasado del Panther y el Tiger, no parece visto así muy temible. ¿Qué pensaría Franco cuando Hitler le envió 4 unidades al comienzo de la Guerra Civil?
A esta dura realidad se suma lo inevitable de la intimidad en el tanque, más claustrofóbico que un submarino, más constreñido que una celda y lo menos ergonómico que pueda haber —¡frío, viciado, incómodo, alguien da más? He leído, no se dónde, que Patton ordenó que llevaran una escoba—; es difícil algún virtuosismo de cámara en tal espacio, pero el operador ha conseguido que El Biblia parezca dentro de un confesionario, donde una manilla simula una cruz y que el sargento esté imbuido por una aureola casi premonitoria.
Pero en la guerra no hay bandos buenos.

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[Los préstamos lingüísticos se refieren a una palabra o morfema de un idioma, tomada o prestada con poca o ninguna adaptación por la influencia cultural que supone. Tienen las formas de extranjerismos (en este caso, germanismos), más o menos adaptados, y calcos semánticos (lo que se adopta es la traducción literal).]
Los nazis consiguieron sacar provecho de la insatisfacción generalizada de su país por la crisis económica y el resultado de la guerra partiendo de la base del ideal Volksgemeinschaft (‘comunidad del pueblo’), una sociedad armoniosa, libre de conflictos y de barreras entre las clases sociales, que se había hecho popular durante la Primera Guerra Mundial, convirtiéndolo en la clave de su pensamiento. Propugnaba una unidad casi mística relacionada con la doctrina del Blut und Boden (‘sangre y tierra), la relación del campesino con su tierra. 
Utilizaron políticas populistas como el Winterhilfswerk (‘auxilio de invierno del pueblo alemán’), campaña para financiar obras de caridad que aliviaran las necesidades de los menos privilegiados y contribuyeran a la estabilización interna. El movimiento Kraft durch Freude (‘fuerza a través de la alegría’) fue una organización nazi dedicada a estructurar, vigilar y uniformar el tiempo libre de la población; era parte de la Deutsche Arbeitsfront (‘frente alemán del trabajo’), sindicato unificado nacionalsocialista. Organizaba viajes, excursiones y vacaciones, como una agencia de viajes del Tercer Reich. En realidad la más grande del mundo de los años 30.
Y consiguieron convencer al pueblo alemán de que ellos les llevarían los cambios que necesitaban. Primero otorgándoles una nutrida representación en las urnas, luego permitiéndoles subvertirlas tras el incendio del Reichstag con el Gleichschaltung (‘coordinación, unificación’) proceso mediante el cual se estableció el control totalitario sobre el individuo, la sociedad y la economía, que culminó con el nombramiento de Hitler como Canciller.
Todos estos términos, aparentemente progresistas, pero en realidad vehículo de difusión del nacionalsocialismo, han quedado en el olvido de las buenas intenciones. Al período que le siguió, en cambio, le debemos otros préstamos que lograron más proyección.
GESTAPO (contracción de Geheime Staatspolizei, ‘policía secreta del estado’) formada por oficiales de carrera y profesionales del derecho, cuya función fue investigar y combatir todas las tendencias peligrosas para el nuevo estado: los casos de traición, espionaje y sabotaje, además de los ataques criminales al partido nazi; lo que de facto le otorgó carta blanca, situándola por encima de la ley y cualquier control jurisdiccional.
Schutzhaft (‘custodia preventiva’) era un procedimiento de la Gestapo que le permitía ordenar el encarcelamiento sin procedimientos legales, incluso en campos de concentración, con el "simple" consentimiento firmado de la persona acusada.
Reichsministerium für Volksaufklärung und Propaganda (‘Ministerio del Reich para la ilustración pública y propaganda’) fue el departamento responsable de la regulación de la prensa, la literatura, el arte visual, el cine, el teatro, la música y la radiodifusión. Aunque la palabra propaganda es usada a veces como sinónimo de exageración o abuso, en realidad significa expansión, diseminación; tomaron el nombre de una institución poco conocida de la Iglesia orientada a la propaganda de la fe (Sacra Congregatio de Propaganda Fide), fundada en 1622 por el papa Gregorio XV (hoy Congregación para la evangelización de los pueblos).
La Blitzkrieg (literalmente ‘guerra relámpago’) nombre que recibe una táctica militar de ataque que implica un bombardeo inicial, seguido del uso de fuerzas móviles atacando con velocidad y sorpresa para impedir que el enemigo pueda llevar a cabo una defensa coherente. 
Cierro este pequeño repaso con los sobradamente conocidos Panzerkampfwagen, abreviado Panzer (‘vehículo blindado de combate’), Waffen Schutzstaffel o Waffen-SS (‘escuadras de protección armadas’), Sonderkommandos (‘comandos especiales’), Konzentrationslager (‘campo de concentración’), Zyklon B (un pesticida con base de cianuro), Endlösung (‘solución final, Holocausto’), bunker y Totalen Krieg de Goebbels (‘guerra total’); aunque ésta fuera una contribución a la guerra de secesión americana de W. T. Sherman, a quien homenajearon bautizando con su nombre los carros de combate.
Ustedes no pueden calificar la guerra en términos más duros de lo que yo haré. La guerra es crueldad, y ustedes no la pueden civilizar; y aquellos que llevaron la guerra a nuestro país merecen todas las maldiciones y condenas que la gente pueda verter sobre ellos.
(...) Quiero la paz, y creo que sólo se puede alcanzar a través de la unión y de la guerra, y conduciré siempre la guerra con el propósito de un éxito temprano y perfecto.
Fragmentos de la carta del mayor general William T. Sherman al alcalde y Consejo de la ciudad de Atlanta, 12 de septiembre de 1864.

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